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La vaginitis es la inflamación de la vagina producto de un desequilibrio en la flora bacteriana o por una infección, que puede producir cambios de color en el flujo vaginal (amarillo, grisáceo o blanco), mal olor (similar al del pescado), irrtación, picazón, dolor al orinar o al tener relaciones, y sangrado.
Puede ser incómodo de conversar, pero no tienes porqué avergonzarte.
No te pasa solo a ti; la vaginitis es algo común entre las mujeres, sobre todo en edad fértil.
Además, la vagina tiene cambios de olor y de flujo en ciertos períodos. Por ejemplo, a lo largo del ciclo menstrual, en el embarazo y durante la menopausia.
Sin embargo, si el olor y el flujo que tienes no es común para ti, es decir, cambió a color amarillo o grisáceo y tomó un olor malo (similar al pescado), puedes estar frente a una vaginitis.
¿Por qué el flujo se volvió amarillo y tomó un olor como a pescado?
Todos estos factores pueden producir un desequilibrio en la flora vaginal o alguna infección por hongos o virus.
En consecuencia, el flujo puede cambiar a color amarillo, grisáceo o blanco. Asimismo, la cantidad de flujo puede cambiar.
También, puede cambiar el olor del flujo o de la orina, adquiriendo un olor similar al pescado.
Existen distintos tipos de vaginitis: acude siempre al médico.
La vaginitis varía de tipo si se trata de un desequilibrio de bacterias, de hongos o una infección viral, entre otras.
Por lo tanto, acudir al médico para examinar y diagnosticar es fundamental para recibir el tratamiento adecuado.
No es conveniente automedicarse ni probar remedios caseros; esto solo puede empeorar la situación.
El tratamiento depende del tipo de vaginitis que se padezca. Por lo tanto, para detectar, el médico realizará exámenes o pruebas que determinen de cuál se trata.
En general, el tratamiento puede considerar antibióticos, antifúngicos u óvulos.
Recuerda: automedicarse o probar remedios caseros pueden poner en riesgo tu salud.
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