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Las ganas de comer hielo en el embarazo pueden ser a causa de anemia ferropénica, es decir, anemia por falta de hierro. Esta enfermedad puede ser común en el embarazo, debido a que el organismo requiere mayor cantidad de hierro para cubrir las necesidades del bebé en gestación.
Además de las ganas de comer hielo: otros síntomas de anemia ferropénica en el embarazo.
Las ganas de comer hielo pueden ser perfectamente confundidas con los antojos del embarazo.
Sin embargo, las ganas de comer hielo también pueden ser un síntoma de anemia ferropénica.
Lo más importante es estar atenta a los síntomas y acudir a todos los controles con el médico para tratar o prevenir la anemia ferropénica lo antes posible.
¿Por qué se produce anemia en el embarazo?
Lamentablemente, la falta de hierro es una de las causas más comunes de anemia durante el embarazo.
Según la ONU, el 40% de las embarazadas presenta déficit de hierro.
Aunque existen diferentes causas, el embarazo es una de las etapas de la vida en que más se requiere hierro y, por lo tanto, es más probable que se genere déficit.
Por ejemplo, una mujer en etapa adulta, debe ingerir unos 18 mg de hierro al día.
Pero en el embarazo, esto sube un 50% aproximadamente, es decir, a 27 mg de hierro al día.
Asimismo, previo al embarazo, una mujer necesita entre 300 y 400 mg de hierro en sus reservas. Sin embargo, pocas mujeres cuentan con esta cantidad.
Es más que las ganas de comer hielo: la salud del bebé también puede verse afectada.
El hierro es fundamental para la salud de la embarazada y, también, para el desarrollo del bebé en gestación.
Por otro lado, la consecuencia más grave que puede ocasionar una anemia durante el embarazo es la muerte antes o después del nacimiento.
Es mejor prevenir que curar: acude al médico si tienes ganas de comer hielo y estás embarazada.
La anemia por falta de hierro se puede tratar y revertir con ayuda del médico.
En resumen, y dependiendo de la gravedad del déficit de hierro, la anemia se puede tratar con una alimentación balanceada que contenga la cantidad de hierro requerida y con un suplemento de hierro.
Suplemento alimentario. Su uso no es recomendable para consumo por menores de 8 años, embarazadas y nodrizas, salvo indicación profesional competente y no reemplaza a una alimentación balanceada.