El dolor de oído se puede producir en los niños por dejar restos de agua o humedad luego de la ducha o de los baños en la piscina, la playa, el río o el lago.
El dolor de oído por los baños de piscina se puede prevenir eliminando el agua atrapada y secando el conducto auditivo. El agua y los químicos pueden debilitar la barrera protectora de la piel del oído y provocar otitis externa aguda, también llamada oído de nadador.